Climas familiares nutritivos

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¿Cómo acompañar a nuestros hijos pequeños en este tiempo en el que las emociones desagradables parecen estar más presentes?

El clima emocional familiar es de gran importancia para que nuestros hijos se sientan y puedan aprender y crecer. El clima emocional es invisible, no se puede ver ni tocar, pero tiene una gran influencia en cómo nos sentimos y en lo que hacemos.

Nuestros pensamientos, nuestras acciones y nuestras emociones están íntimamente relacionados y cómo adultos debemos estar atentos a estos aspectos que conforman el clima emocional familiar. Muchas veces, sin tomar conciencia, favorecemos climas hostiles, áridos, secos, que transforman a nuestro hogar en un paisaje triste y empobrecido.

En este tiempo, atravesados por la pandemia, puede resultarnos más difícil equilibrar nuestros estados emocionales y dar lugar a emociones agradables, acciones amables y pensamientos equilibrados. Somos los adultos los que tenemos la responsabilidad de crear esos climas, para favorecer ambientes saludables para el crecimiento de nuestros hijos.

Algunos aspectos a tener en cuenta para cuidar el clima emocional familiar:

  • Centrarnos en aquellas cosas que sí podemos hacer/ modificar y actuar en ellas en lugar de ocupar nuestros pensamientos en cosas que escapan a nuestro control.
  • Mantener con los niños rutinas de sueño, comida, baño, estables ya que eso les aporta un ambiente seguro y predecible además que les asegura que sus necesidades básicas de descanso, alimentación están atendidas correctamente.
  • Jugar a juegos que diviertan tanto a niños como a adultos. Los chicos se dan cuenta cuando los adultos mentimos y permanecemos en situaciones dónde no queremos estar.
  • Jugar juegos simples: hay dos vertientes que nunca fallan a la hora de inventar juegos que son la imaginación y la investigación. La imaginación nos lleva a pensar en los juegos de roles, de disfraces. La investigación se refiere a hacer partícipes a los chicos de actos cotidianos que pueden ser motivo de investigación por ejemplo ¿cómo funciona una canilla? ¿por qué ese árbol quedó sin hojas? ¿cómo hacemos funcionar el lavarropas? Etc.

Cuidar el clima emocional de la familia es responsabilidad de los adultos. Crear espacios donde circulen emociones agradables, favorecerá que nuestros hijos se nutran de estas “vitaminas emocionales” que les permitirán enfrentar mejor los desafíos que se les presenten.

Lic. María Cecilia Marino

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