Yo me calmo…tu te calmas…

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Regálale Calma.

– Quiero regalarle algo a mi hijo y no sé qué.
– Regálale calma
– ¿Cómo calma?
– Como suena, así tal cual, calma: cuando tu hijo se altere, regálale calma, cuando se estrese regálale calma, cuando haya una situación difícil regálale calma, cuando pase algo grave regálale calma.

– Pero…cómo le ofrezco calma cuando yo me altero?
Por eso…es un regalo, es algo que tú te esfuerzas en obtener y no siempre tienes, no es lo que te sobra, uno a quien ama no le regala lo que le sobra. 
Uno a quien ama le regala lo más preciado, le regalamos el tiempo y la energía que invertimos en crecer como seres humanos para estar en condiciones de regalar calma cuando se avecine la tormenta.

Texto: Álvaro Pallamares

 

¿Cuántas veces como adultos durante el día sentimos que el tiempo no nos alcanza, que hay muchas actividades para cumplir, entregas que realizar, lugares a los que asistir o respuestas inmediatas que dar?

En la actualidad nuestros niños, hijos o alumnos, se ven también inmersos en este ritmo apresurado que los empuja a correr para cumplir con una agenda repleta de responsabilidades. Encontrar un momento para pensar, respirar y continuar una actividad suele resultar muy difícil. Primero porque los chicos no están habituados y segundo porque a nosotros como adultos también nos cuesta generar estos espacios tan necesarios para desenvolvernos en lo cotidiano, con mayor eficacia y bienestar.

Aprender a calmarse, a hacer una pausa, … es un regalo que primero debemos hacernos a nosotros mismos para poder transmitir, por contagio y a través de la experiencia, a los chicos.

En el Taller de Emociones trabajamos con diferentes estrategias para encontrar la calma. Aprendemos a escuchar nuestros pensamientos y nuestras emociones, a descubrir la importancia calmarnos antes de dar una respuesta y también a generar pensamientos positivos que ayudan a disminuir conductas impulsivas.

En las clases proponemos manejar los tiempos “sin prisa violenta”, priorizando el espacio para conversar e intercambiar opiniones respetando el tiempo de cada niño y encontrar en la “respiración pausada”, la forma más fácil y segura de encontrar la calma.

                Los invito regalarse un ratito por día para conectar con su mundo interior, sin apuros, sin prisas y luego invitar a los chicos a que también lo ejerciten. Es una práctica tan necesaria como saludable…

 

Lic. María Alejandra Maset

 

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